Enseñando a nuestros hijos

La primera maestra de todo niño es su mamá! Nosotras tenemos el deber de enseñarles casi todo lo que aprenden en sus vidas, desde caminar, hablar, ir al baño y tantas vosas. Pero sin duda, algo que debemos enseñarles desde muy pequeños es la Palabra de Dios. Cuando me refiero a muy pequeños, me refiero a bebés. Por ejemplo, de recién nacidos utilicé con mis niños canciones de cuna de Marcos Witt y Hillsong; los dormía en mi regazo cantándoles esas canciones o simplemente dejaba que las melodías sonaran (porque mi voz es desastrosa🙈🙉👶). Cuando ya son bebés de sentarse o gatear, podemos utilizar aquellas canciones que los ayudan en su desarrollo psicomotor, mencionando cosas muy sencillas pero que sean bases para su vida espiritual, como: "Cristo me ama", "Esa lucecita", "El arca de Noé", hasta canciones que puedes inventar tú (yo he inventado varias😅).
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No podemos desperdiciar ningún momento u ocasión en la vida de nuestros hijos para hablarles la Palabra de Dios. Leerles historias en las noches antes de dormir, aunque ellos no entiendan aún, son semillas que vamos sembrando en sus vidas. Hace un tiempo leí esta frase: "Los niños se hacen lectores en el regazo de sus padres"; y he constatado esto, ya que mi hijo mayor antes de aprender a leer ya le encantaban los libros y ahora que ya sabe, es un niño que busca leer su Biblia y otras literaturas, pero yo desde pequeño le leía historias bíblicas. 💐
Existen también otras maneras de enseñar la Palabra de Dios, a parte de leer y con música, están  los juegos, las manualidades, historias que los ayudan a reflexionar (te recomiendo el libro "Tesoros Escondidos para niños"), vídeos y películas cristianas para niños, conversaciones simples de acontecimientos pueden ser utilizadas para enseñar sobre mandamientos y valores que nos enseña la Palabra.
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Es nuestro deber hacerlo, desde chicos, hasta que Dios nos de vida. No importa la edad, no importa la etapa en que se encuentren. Pidamos a Dios sabiduría y gracia para hacerlo, con amor, con templanza cuando tengamos q disciplinar, la Palabra de Dios es viva, eficaz y es una semilla que da fruto en su tiempo. No dejes de hacerlo.

Siendo íntegros como padres

Según Wikipedia, Integridad se traduce como "honradez, honestidad, respeto por los demás, corrección, responsabilidad, control emocional, respeto por sí mismo, puntualidad, lealtad, pulcritud, disciplina, congruencia y firmeza en sus acciones y sobre todo tener la moral correcta para todas estas cosas. En general es alguien en quien se puede confiar."
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Ser una persona íntegra requiere mucho esfuerzo, sí, porque somos humanos y nuestra naturaleza pecaminosa siempre estará tentada a hacer lo incorrecto. Cuando tenemos hijos, adquirimos un compromiso, no solo de tiempo, dedicación y dinero; sino de ser personas dignas de que nuestros hijos quieran imitar. Yo definitivamente no quiero (y espero que tú tampoco), que mis hijos sean como alguna persona del "mundo". Hay buenos ejemplos de personas por todas partes y no está mal que tengan influencia sobre mis hijos, siempre y cuando sean personas temerosas de Dios y que sus vidas sea un reflejo de Jesús; pero eso sería muy fácil, y no estaría del todo bien, porque YO tengo la TOTAL RESPONSABILIDAD de ser un ejemplo de INTEGRIDAD para mis hijos. 💐
Siendo íntegros, no solo daremos ejemplo a nuestros hijos, mas allá de eso, de seguro habremos puesto sólidas bases para sus vidas.
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Amiga, procuremos siempre ser un ejemplo de integridad delante de Dios y de todos los que nos rodean, sobre todo de nuestros hijos, porqur nosotras somos su ejemplo mas cercano.

El amor no se irrita

Como he mencionado anteriormente, el amor es una decisión diaria, yo diría que algunas veces, tenemos que decidir varias veces! En el constante ajetreo de la vida, no siempre resulta fácil manejar todas las situaciones con una sonrisa y pasivamente.
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El vivir con un cónyuge, no siempre es fácil; hay cosas que no siempre nos agradan de la pareja y que sumado a otros factores pueden desencadenar que nos irritemos. Irritar es hacer sentir ira. Nadie está excento de irritar al cónyuge, o por el contario, sentirse irritado; pero, ¿qué hacemos cuando esto sucede? DECIDIR! Decidir no sentirme irritada, respirar profundamente, calmarme y evitar que la irritación dentro de mí suba de nivel, recordar que AMO a mi cónyuge y que si dejo que mi ira me domine, la situación se puede poner peor, evitar el conflicto a toda costa, y esperar que todo este calmado para luego conversar y resolver los conflictos. Por otra parte, evitar irritar al cónyuge tambien es una tarea de DECIDIR; utilizar la prudencia y el respeto son piezas claves.
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Conocerse entre cónyuges es una tarea diaria, aprender que nos molesta e irrita el uno del otro, es un deber que hay que aplicar para evitar los conflictos y las irritaciones. Trabajar en nuestro carácter apegado a lo que Dios quiere de mi, ayudará mucho a  construir una relación sana.
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Dios te bendiga y que tengas un lindo día!